La esperanza no es una fantasía, sino un objetivo a alcanzar, pero debemos ser conscientes que este no se logra inmediatamente, "Todo tiene su tiempo", como nos dice el libro de Eclesiastés.
Pero en estos momentos difíciles que vive el mundo, es cuando se debemos trabajar los espacios sobre la esperanza, y es aquí donde el educador juega un papel fundamental; donde debemos invitar a nuestros estudiantes a creer que sus buenas acciones tendrán un impacto en el mundo y en la sociedad. Recordemos las palabras del Papa Francisco, "El optimismo decepciona, pero la esperanzano...."