Escuela Nuestra Señora de Sion
Costa Rica, Turrialba
Ana Cristina Umaña Céspedes
Yendry Sánchez Chaves
Así como el ancla fija y asegura la embarcación en el mar, de la misma manera debe estar anclado nuestro corazón a Cristo Jesús. Un anclaje lleno de esperanza, don dado por Dios.
La esperanza es sinónimo de fe, de que las promesas del Señor se cumplen si sabemos esperar su tiempo que es perfecto.
Hablamos también de esperanza al confiar ciegamente dejando cada cosa o situación en manos de Dios, donde nos sentimos confiados.
Crecemos escuchando que desde que somos semilla en el vientre de nuestra madre, nuestro libro de vida está escrito, y creemos en él con la esperanza de ser parte del Reino de la salvación, y que incluso después de la muerte hay una vida, donde nuevamente nos reuniremos con nuestros seres queridos.
Como educadoras y, educadoras en Sion; es importante y necesario formar a nuestros estudiantes no solo en lo pedagógico, sino además con la visión del Padre Teodoro, quien vivió, y aún actualmente nos invita a no perder la esperanza, vivenciarla cada día tanto en el diario compartir en nuestras aulas como al retirarse a sus hogares.